EL
DESCUBRIMIENTO DEL AÑO 2015: BE’LAKOR
Con el
tiempo y buscando vas descubriendo grupos y discos que te van gustando, pero
siempre esperas aquel grupo que te encandile, que todos o la mayoría de sus
discos te enganchen. En mi caso personal es algo que cuesta y pueden pasar
algunos años hasta que esto ocurra o puede pasar que no ocurra más. El caso es
que buscando encontré a estos genios.
Su estilo
es Death Metal melódico. Automáticamente a cualquiera que sepa algo de metal se
trasladará a los países nórdicos, generalmente Suecia o Finlandia, donde el
frío y los largos inviernos proveen de motivación a estos músicos para crear
sus canciones, pero esta formación está muy lejos de esas latitudes,
concretamente en la calurosa Melbourne, en el sureste de Australia, en las
antípodas de los países nórdicos. La pregunta es, si un grupo con influencias
nórdicas puede realizar algo realmente bueno con clima contrario al que tienen
la mayoría de grupos, la respuesta es que sí. El nombre del grupo proviene de
un personaje de Warhammer Fantasy, el maestro oscuro Be’lakor.
MELBOURNE, CIUDAD DONDE SE GESTÓ EL GRUPO
Formados
en 2004, tienen 3 discos en su haber y un cuarto disco que en estos momentos están
editando que saldrá durante el 2016.
Su estilo
concreto: Death metal melódico con pasajes progresivos, heavies, thrasers y en
algunos momentos blackers, con unos teclados envolventes, compuesto por
canciones de gran minutaje con un montón de cambios de ritmo y velocidad, unido
a múltiples combinaciones de melodías y ataques guitarreros, pasando de la furia
a la calma en cuestión de segundos con una gran maestría, lo que hace que cada
canción se pase volando gracias al talento de sus músicos. Hay muchos grupos de
Death melódico en Escandinavia que han salido hace pocos años, y he escuchado
bastantes, pero veo que estos australianos ofrecen algo realmente sobrecogedor.
Cada canción de cada disco es un viaje. Sólo hay que cerrar los ojos cuando se
escuchan sus discos y literalmente viajas. Algunas canciones duran casi 10
minutos, pero están tan perfectamente estructuradas y tan bien ensambladas con
un montón de pequeños detalles que los cortes pasan volando, tal es su maestría.
Básicamente es un grupo que tiene un sonido parecido a un muro sónico pétreo,
recio y fuerte, que sobre una base rítmica potente desarrolla sus melodías,
como unas medusas que envuelven a un rinoceronte. Tienen influencias de
muchísimos grupos pero creo que esta formación actualmente tiene personalidad propia.
Sus
miembros:
GEORGE KOSMAS:
Voz y guitarra, tiene un chorro de voz con un growl realmente definido como gutural
cavernoso y potente vozarrón que dota de mucha fuerza a sus composiciones,
unido a un enorme manejo de su guitarra.
SHAWN
SKYES. Segundo guitarra del grupo que crea ataques y complementa los riffs y solos
de su compañero. Entre los dos crean muros sónicos, solos estratosféricos,
melodías dobladas y ataques mixtos, combinado con pasajes melódicos y acústicos
impresionantes.
JOHN
RICHARDSON. Este potente bajo se deja escuchar en todos los plásticos y
combinado con la batería crea un muro sónico impenetrable como una roca.
JIM VAN
DEM BROECK: Batería técnico tanto en el manejo de platos como en el de pedales,
capaz de realizar blast beasts de todo tipo.
STEVEN
MERRY: Increíble teclista con un estilo nórdico inconfundible que dota de
atmósfera y pasajes épicos y únicos a cada uno de los temas.
Es un
grupo muy modesto, que da conciertos como teloneros de grupos que realizan
giras por Australia como Turisas o Apocalyptica o formando parte de pequeños
festivales de la zona. Han venido a Europa en algún festival de verano en
alguna fecha concreta pero no pueden hacer ni gira propia ni hacer de teloneros en giras mundiales de
otros grupos, debido a la distancia a la que están. Son muy buena gente ya que
escribo con su teclista cada mes y me va comentando cómo va la composición de
su nuevo disco.
Vamos a
hablar de cada uno de sus tres discos.
2007. THE FRILE TIDE
Aquí
empieza el debut de este grupo. Un disco que les costó muchísimo producir de
manera independiente y donde ponen todas las cartas sobre la mesa sobre el
sonido que quieren tener. En sus 42 minutos es un viaje al mundo de los
sentidos, a través de una instrumentación muy cuidada, grandes solos, unos
teclados maravillosos y un George Kosmas a la voz con un growl realmente
grandioso.
Neither Shaip no Shadow. con ese increscendo melódico que agarra con fuerza las
guitarras que es calmado por los teclados y roto por la rocosa voz de Kosmas es
maravillosa, con esa dualidad de guitarras que desemboca en una desenfrenada
carrera entre la base rítmica y la voz de Kosmas frenada por los teclados que
la batería acompaña, conteniéndose para volver el guitarreo épico es un momento
mágico.
A desolation of ares: Un muro sónico arpegiado es roto por la cavernosa voz de
Kosmas. Su voz combinada por el incesante guitarreo y el épico teclado
desemboca en un desarrollo progresivo pero con una velocidad de crucero
contenido pero de una fuerza abrumadora. La guitarra acústica al estilo sueco a
mitad del tema en una evocación folk te traslada directamente a los países nórdicos
de principios de los 90, sublime para acelerarse con unos blast beasts muy
noruegos.
Tre’aste: La base rítmica acompaña al teclado, pero un alarido de
Kosmas suelta todos los instrumentos y las guitarras acompañan a su estribillo.
Los blasts beasts vuelven a romper el tema seguido de unas guitarras muy
técnicas, con un solo que se va acelerando. El teclado cobra protagonismo pero
las guitarras y Kosmas rompen la tranquilidad y todos a una acaban el tema.
A Natural Apostasy: Un inicio muy melódico y sentido vuelve a ser roto por la voz
de Kosmas que viene acompañado de un muro sónico infranqueable. Las dobles
guitarras crecen en intensidad y los blasts beasts de la batería y las 4
cuerdas del bajo se desbocan, pero al frenarse
con el teclado más un sonido de flauta da un aire muy folk a la segunda
mitad del corte, roto por un magnífico sólo.
Paths: Un
tema donde el teclado es el protagonista. Aquí Steven Perry demuestra que es un
maestro creando ambientes oscuros y melancólicos. Este hombre es un maestro demostrando
que es una pieza fundamental en el engranaje del grupo.
Sanguinary: Como el nombre indica, es un final sanguinario. Después de la calma viene
este tormenta que rubrica una obra de arte. El inicio melancólico es roto por
la base rítmica con Kosmas cabreado, pero las guitarras y el teclado vuelven a
la velocidad de crucero al corte para volver a desbocarse a mitad del tema. El
teclado le un aire épico y oscuro que termina con un una dualidad guitarrera
abrumadora que desata otro magnífico solo que es calmado por unos épicos y
enérgicos teclados.
2009. STONE REACH
Su Segundo
disco alarga el minutaje de las canciones para dar unos desarrollos más
progresivos, con más cambios de ritmo y más técnica instrumental, pero con una
fuerza y una garra impresionantes. En este plástico se va perfilando el sonido
que el grupo quiere alcanzar: cañero pero melódico, técnico, variado, épico,
brutal, evocador, melancólico y etéreo. Consiguen realizar algunos cortes de
entre 8-10 minutos que se pasan volando debido a la pericia instrumental de sus
componentes.
Venator: un inicio melódico desemboca en un muro sónico con
Kosmas a la carga con su gutural voz y unas guitarras hirientes que dan paso a
un magistral solo, que frena el tema que toma velocidad de crucero para volver
a coger velocidad cruzada por otro sólo que va frenando a la base rítmica con
una batería demoledora. La técnica de las guitarras es increíble cómo se
combinan, se cruzan, se turnan mientras Kosmas va desgañitándose hasta que sus
susurros frenan el tema para que las 6 cuerdas vuelvan a coger protagonismo y
el temple progresivo se apodere del corte; impresionante.
From Sycte to Spectre: El muro sónico aparece de repente con todos los
instrumentos desbocados y las guitarras alternadas, para surgir Kosmas con su
cavernosa voz. El corte se va volviendo oscuro con unos riffs amenazantes y
cortantes como cuchillas, para transformarse en una amalgama de riffs que a mí
me evocan esperanza en un cambio instrumental que sin perder fuerza cambia el
tono de la canción, con unos riffs que se quedarán en tu cabeza durante mucho tiempo.
El tempo adopta una parte central progresiva que se va alternando, con cambios
contundentes para que las guitarras de manera agresiva cierren el tema.
Outlive the hand: Teclados y guitarras se unen en un abrazo apocalíptico
que pone la piel de gallina para luego cruzarse la segunda guitarra primero con
una caricia y luego con una bofetada con la base rítmica, pegándote en la cara.
Kosmas no da tregua con su voz; un growl realmente grandioso. Los teclados
calman la tensión, pero lo único que consiguen es que la instrumentación coja
aire para coger velocidad de crucero que va frenándose por unos minisólos
arpegiados muy sentidos. En su parte central los dos hachas se lucen con sus
instrumentos, con solos semiclásicos de la vieja escuela. Pasamos a un pasaje
acústico de gran belleza que desemboca en unos riffs sentimentales que dan paso
al teclado y a la batería que rompen las guitarras y Kosmas con gran fuerza y
unos blast beasts atronadores. Es tan adictivo que podría durar el doble y no
te cansarías de escucharlo.
Sun’s delussions: Un muro sónico cabalgando nos adentra en el tema con un
berrido de Kosmas, permitiendo llegar a una velocidad de crucero con una batería
muy poderosa que cambia de ritmo a cada momento. Pasamos a desarrollos
progresivos con unas guitarras muy técnicas, para volver a una contundencia
instrumental con la base rítmica sobresaliendo del conjunto, pero las guitarras
nos preparan para otro gran desarrollo progresivo con unos teclados magníficos,
los cuales acompañan al muro sónico y envuelven a la instrumentación de forma
mágica. Los arpegios guitarreros se adelantan y la batería toma la iniciativa
de nuevo para igualarse a los dos hachas y coger velocidad endiablada y
frenarse. Unos riffs melódicos y geniales van cambiando de tonalidad para
volver a coger velocidad de en un momento mágico, mientras los teclados vuelven
a envolver el tema con Kosmas emitiendo un grito ahogado, mientras la
instrumentación llega a unas notas de teclado que colman el grandioso final.
Held in hollows: Un muro sónico aparece de repente con la voz de Kosmas
que acaba en un alarido para que el teme se acelere. El tema va cambiando de
ritmo y los blast beasts se imponen, con las guitarras en una carrera de velocidad
y furia que se acaba con otro muro sónico, donde aparece el teclado para darle
más ambientación en un cambio de rumbo épico y oscuro que termina con un
grandioso sólo que frena el tema y donde los teclados muy nórdicos abrazan a
los instrumentos. El tema se torna progresivo en su puente central para
frenarse y aparecer unas bellas notas de teclado, el cual se queda por unos
momentos sólo. Al ratito aparecen las dos guitarras y la batería, dotando al
tema de más contundencia. Otro cambio de ritmo y el teclado con un aura muy
noruega con toda la instrumentación detrás, termina el tema de forma sublime
con unos riffs melódicos muy evocadores.
Husks: Llegamos a un corto y conciso tema instrumental donde
todos sus componentes demuestran su sensibilidad y su técnica depurada, el cual
nos da un respiro para hacer frente a la
parte final del disco, ideal para relajarse y dejarse llevar por cada una de
las notas.
Aspects: Un comienzo marcial con la batería martilleando nos
lleva a este espectacular tema, donde los teclados dejan suelta a la
instrumentación para todos a una con Kosmas con sus alaridos, den velocidad de
crucero y el muro sónico se apodere del tema. Los blasts beasts acompañan a
Kosmas en una cabalgada con los dos guitarras rugiendo, hasta que el tema se
frena y el aura progresiva se apodera del corte con geniales arpegios, mientras
Kosmas ruge cual animal herido en una cueva. El teclado se queda sólo pero una
melódica guitarra lo acompaña mientras que la batería aparece y las dos hachas
se cruzan para desembocar en un magnífico solo que termina de manera genial.
Countliess Skies: Un oscilante sonido de bajo nos deja paso a los majestuosos teclados que
dejan paso a las guitarras y a la batería, para abrirse paso toda la
instrumentación con un muro sónico que se vuelve contundente a medida que los
blast beasts se apoderan del corte. El muro se detiene para dar paso a
instrumentaciones progresivas sin perder contundencia, deteniéndose con unas
notas melancólicas de piano para dejarse llevar, hasta que los instrumentos
toman cuerpo y todos a la misma velocidad se avecinan, para que las guitarras y
el teclado se entremezclen en un abrazo progresivo que eriza el bello al más
duro metalhead.
2012. OF BREAD AND BONE
Su última
obra hasta el momento continua las líneas de su predecesor pero indagando más
en cambios de ritmo, melodías, frenazos, acelerones, pasajes progresivos y multitud
de sensaciones que emocionan todos los sentidos.
Abeyance: El
disco empieza con mucha energía con un Kosmas desatado. Hay un parón melódico
para volver a la caña con una batería atronadora; entonces el tema coge
velocidad de crucero con unos riffs magníficos. Los cambios de punteos se van
sucediendo a cada segundo y el avance progresivo adorna un muro sónico
contundente, que se va moviendo a diferentes velocidades hasta que se desata en
el final en una cabalgada brutal ,con un
Kosmas cavernoso y unos instrumentos que muerden para volver a coger otra vez
velocidad de crucero, pero con otras tesituras y acabar con unos punteos y
arpegios que me ponen los pelos como escarpias, ya que vuelven a cambiar el
ecosistema metálico de nuevo con un talento que me estremece con un alarido
final de Kosmas y unos punteos evocadoramente bellos.
Remnants: Unos
fabulosos punteos nos ponen en situación con el segundo corte, donde los
instrumentos se van enlazando para formar un muro sónico que al son de Kosmas
toma forma musculosa y coge velocidad. Un montón de cambios de ritmos nos hacen
viajar cual montaña rusa instrumental, con acelerones y parones geniales. Una
pequeña frenada nos da un solo magnífico para volver a coger fuerza animado por
la voz cavernosa de Kosmas. Este y Shawn Skyes con sus seis cuerdas nos
deleitan con melodías cruzadas hasta que el tema vuelve a cambiar de piel con
unos arpegios death melódicos, los cuales se vuelven doom melancólicos de
manera sobrecogedora, vamos que a mí se me ponen los pelos como escarpias. Nórdico
100% con sentimiento australiano. El tema vuelve a acelerarse como una escapada
hacia arriba después de la caída, intentando encontrar la luz que se aleja de
la oscuridad.
Fraught: Este
corte tiene un inicio espectacular con un desarrollo progresivo muy técnico y
cambiante. Kosmas a la voz está pletórico y un solo en medio del muro sónico
muestra diferentes capas de las que se compone la canción, con un riff
siguiente melancólico al que se una la base rítmica. El corte coge velocidad de
crucero y las guitarras se van cruzando en una simbiosis y sincronía perfectas
que la base rítmica va tiñendo de múltiples texturas hasta llegar a otro desarrollo
progresivo ascendente, el cual te hace
viajar a lo más profundo de tu corazón. Los arpegios de guitarras presentan
varias tonalidades a lo largo de toda la canción, mostrando la gran técnica de
estos monstruos que al final se acelera con una buena pegada.
Absolute omen: Espectacular y embriagador comienzo de teclado en un
tema de que me pone la piel de gallina. Un muro sónico vuelve a apoderarse del
corte y las guitarras empiezan a dibujar riffs y arpegios, hasta que llega un
épico parón con Kosmas gritando un riff acompañándole y esto por dos veces
sucede pero con ligeras modificaciones, que al oído del buen metalero hará que
alce el puño en alto, y Kosmas siguiendo a los instrumentos recita unos versos
que frenan la canción, dejando escuchar la exquisitez de las 6 cuerdas de los
dos hachas con un final distorsionado.
To Star the sea: Una preciosa pieza de teclado y guitarra acústica de
un ritmo y sentimiento enteramente nórdico nos embriaga los sentidos,
demostrándonos el talento de estos músicos con dos cambios de ritmo
embriagadores.
In Parting: Continuamos con una una fuerza inusitada con un teclado envolvente,
acompañado de muro sónico sigue a la gutural
voz de Kosmas y que con riffs agudos le acompañan en su estribillo. Un solo
adorna a continuación el tránsito hacia tesituras más veloces cambiando la
emotividad por la épica con una pasmosidad abrumadora, doblando el muro sónico
y donde las dos guitarras se cruzan en una carrera hacia el infinito, frenado
por la base rítmica; hay que quitarse el sombrero hacia semejante técnica. Los
teclados posteriores que se unen a la fiesta le dan sentimiento al músculo
instrumental. Los dos hachas van subiendo por sus mástiles como guerreros
desenfrenados, hasta que un interludio acústico calma los ánimos, para volver a
coger velocidad. La batería deja notar su potencia y deja libre otra vez las
guitarras para que creen riffs de ensueño; teclado se una a la emotividad instrumental
para quedarse solo al final del tema.
The Dream and the Waking: Aquí la parte progresiva del grupo
sale a la luz, sacando de su genial chistera un desarrollo instrumental técnico
con un montón de cambios de ritmo que pasan de la pasión a la calma. Kosmas
pasa de susurros a guturaciones sin perder su esencia y los solos,
desdoblamientos e interludios se van sucediendo. Son 10 minutos de corte pero
si cierras los ojos y de dejas llevar se pasa en un suspiro. Es lo que tiene
ser muy bueno y saber combinar genialidad con técnica. El muro sónico
acompañado por los teclados te hacen salir de tu alma y trasladarte a otros
ecosistemas donde el sol, el agua y los bosques son eternos. El final se va
acelerando hasta el épico final.
By moon and Star: El inicio me pone la piel de gallina. Es como si después de
una batalla los restos de un hombre herido, se dirigieran a su hogar para ser
curado recuperarse junto a su familia. Es la canción en la que pensé cuando
salí de mi operación. Después de una batalla llega la calma. El minutaje de la
canción es muy amplio, pero aquí los blasts beasts de batería y las guitarras
hirientes junto a los gritos de Kosmas se combinan con pasajes e interludios
potentes, seguidos de cambios de ritmo impresionantes. El tema se va calmando
poco a poco para que la parte acústica haga su aparición con unos punteos muy
personales y emotivos, con un Kosmas muy susurrante para ir apareciendo el muro
sónico de nuevo con Kosmas gritando cual espartano antes de la batalla. Vemos
que el tema se está acabando, pero nos deleitan con un final melódico y
apocalíptico donde la esperanza y la desesperación se mezclan.
En
resumen: un supergrupo con mucha clase y talento, 3 obras maestras y muchas
horas de disfrute. Qué pena que en directo sea difícil verlos pero quien sabe.
Aquí os dejo un par de cortes que representan muy bien el sonido del grupo
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